Hazlo posible (así, junto)

Hazlo posible. “Lo que consigues al conseguir tus metas no es tan importante como en lo que te conviertes al conseguir tus metas.” dijo Henry David Thoreau en una ocasión haciendo referencia a ese cambio que experimenta cualquier persona que se pone en marcha y escribe su propio destino.

Trabajo con personas, concretamente adolescentes, a los que me encanta transmitirles esto. ¡Qué bonito es soñar! Por supuesto que sí, pero como me gusta recordar, lo atractivo de esos sueños es la posibilidad de que algún día se hagan realidad y para ello necesitamos un puente. Desde ese punto en el que imaginamos aquello que queremos o nos haría felices hasta el punto en el cual lo palpamos, hay un abismo que solo depende de uno mismo y tiene nombre propio.

Solemos escuchar que las metas son sueños con plazos límite, y así es. Si establecemos la fecha para cuando queramos que algo sea realidad y no solo un deseo, inconscientemente nuestro cerebro se habrá puesto en marcha para lograrlo. Sin embargo, a mí me gusta ir más allá, y decir que, incluso las metas más apetitosas se nos pueden escapar de las manos y esfumarse en cuanto aparece lo que sí que considero la base de todo, y ese precio que no todo el mundo está dispuesto a pagar: el esfuerzo constante o disciplina. Soñar es desear, establecer metas es organizar, sin embargo, esforzarse y ser constante con disciplina y determinación es HACERLO POSIBLE.

No hay más, nos podrán vender mil secretos para conseguir aquello que anhelamos, nos podrán atraer con muchos trucos o podremos leer historias en busca de fórmulas mágicas, pero no existen. Actualmente, contamos con calendarios llenos de mensajes positivos, agendas cool maravillosas que merece la pena tener, aunque sea para presumir de ellas estéticamente, contamos con aplicaciones web, y muchas cosas más. No obstante, nada de lo anterior asegura tanto un buen éxito personal o laboral como creer firmemente en uno mismo y en su trabajo.

Tal vez hoy en día la palabra trabajo esté desvirtuada, al igual que esfuerzo. Son términos que denotan agotamiento, aunque no tiene por qué ser así necesariamente, ¿verdad? Trabajar o esforzarse simplemente aluden al hecho de llevar a cabo ciertas tareas, cierto desempeño que harán que ese sueño u objetivo nuestro sea más alcanzable. Estamos desmenuzando un sueño en pequeñas tareas que sí podemos “bajar a tierra” y comenzar a desempeñar. Es ahí cuando, poco a poco, vemos, olemos y sentimos esa evolución. A medida que vamos viendo resultados, vamos haciéndonos más fuertes, más determinados, y ya casi nada nos parece imposible.

Por supuesto, no todo es “un camino de rosas”, es un camino, que es lo que importa. Los caminos más bonitos o más feos se andan, se disfrutan, se crean. El fin no es tan importante, porque recuerda que una vez cumplas tu sueño, querrás trabajar por otro y volverá a empezar este ciclo. Durante este camino, aparecerán los miedos, miedo al fracaso, miedo a no ser suficiente, miedo a perder cosas o personas por el camino, miedo incluso al éxito o miedo al rechazo. Te conocerás más profundamente que nunca, puesto que te encontrarás viviendo situaciones que antes no habías vivido, te encontrarás imponiendo tu resistencia a los obstáculos que aparezcan, y, aunque esos momentos serán a veces realmente debilitadores o sientas que flojean tus fuerzas, no hay nada como verte a ti mismo salir victorioso (y más resiliente) de todos ellos.

Tu camino será tuyo y solo lo andarás tú. Decidirás quien permanece a tu lado o qué cosas ya no querrás en tu vida. Sabrás mejor que nunca de lo que eres capaz, y mejor aún, que si vas a por más también podrás con ello. Comenzarás a ver que los límites solo serán los que tú marques. No dudes en aplicar el efecto Pigmalión en ti mismo: comienza a ver no lo que eres, sino lo que puedes llegar a ser, y ¡ve a por ello!

Quiero terminar confesando que tan solo hace unos meses que yo me lancé a perseguir mis sueños y metas de corazón, y puedo afirmar que soy feliz de verdad, feliz en mayúsculas. No ha sido, y a veces no es fácil, pero sí merece mucho la alegría. Decirle “sí” al corazón y darte la oportunidad es lo que da sentido a la vida. ¿Para qué estás aquí si no?

 

Nota importante: Hay una cita de Karen Lamb que me fascina: “Un año desde ahora desearás haber comenzado hoy.” Felicidades Revista C&E por ser un ejemplo de ello. Felicidades por ser fieles a vosotros mismos y por divulgar sueños y proyectos con tanto mimo en vuestras páginas. ¡Feliz Aniversario! https://issuu.com/revistacye4

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *